—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

O todo o nada (1)

«Se acaba la liga» – 1ª parte

versión
completa

Lunes, 11:32 h.
Desde el despacho de López, ubicado en lo alto del nuevo graderío construido por el holding Industrias López en el estadio municipal, se veía el césped del campo en toda su extensión. La tranquilidad que a esas horas se respiraba allí encontraba su sentido en el olor a hierba recién segada. Antes del amanecer los aspersores había regado la manta verde. Ahora, a media mañana, el jardinero jefe segaba la superficie de juego. El ruido del motor de la segadora no llegaba a la oficina, protegida del exterior por una gran cristalera, pero el aroma se filtraba por los orificios de ventilación invadiendo la estancia. Una moderna persiana dotada de un silencioso motor se baja los días de partido…

» —Oye, dime tú una cosa: ¿has oído algo de los maletines?
—¿Qué cosa serrr maletines, Piquito?

Los días de partido… Aquello sacó a López de su ensoñación. Era lunes y el domingo, engañosamente, aún quedaba lejos; la semana se preveía intensa. El Rayo no había pasado del empate este fin de semana, lo cual puso la liga de segunda división al rojo vivo. Este año la LFP había decidido que los dos primeros ascendieran directamente, y el tercero y el sexto jugaran una eliminatoria a doble partido para que el vencedor acabara jugándose el ascenso contra el campeón del enfrentamiento entre el cuarto y el quinto.

—¡Ah!, Basáñez. Pase por favor.

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Lunes, 23:34 h.
» El Rayo, nuestro Rayo de Mospintoles, ¡quién nos lo iba a decir al comienzo de la temporada!, cuando cayó derrotado por 5 a 1, está a punto de lograr un hito histórico para un equipo debutante este año en la categoría –Susana Crespo estaba al frente de los micrófonos en Radio Mospintoles.

» Jugar la fase de ascenso ya sería un éxito suficiente como para sentirse satisfechos, pero nuestros muchachos han demostrado no ser conformistas y no arrugarse ante nadie.

La música de The Mamas and the Papas invadió las ondas. El formato que había buscado Susana para su microespacio en Radio Pelota era una bocanada de aire fresco para lo que se acostumbraba en aquella casa.

» Ha sido una lástima el empate cosechado por el Rayo en el último partido, pero ahora, a falta de una jornada, hasta cuatro equipos entran en liza por la sexta plaza. No olvidemos que el Rayo jugará su último partido de la liga regular en casa contra un ex-primera que está en racha: viene de ganar sus últimos cinco partidos.

La canción volvió a apagar la voz de la periodista. Tras un lapso Susana volvió a asumir la dirección del microespacio creado por ella misma tras la destitución de Evaristo para otorgarse el protagonismo de un editorial. Siempre con el beneplácito de López, quien se había convertido en su protector… y algo más.

» No es necesario echar cuentas para ver que un empate el domingo no servirá a ninguna de las dos escuadras. Es por ello que viviremos una nueva final, algo a lo que últimamente nos tiene habituados el equipo de Piquito y Chili –Piquito también tenía su huequecito en la vida de Susana… Y Sebastián Matute, aquel hombre recio que la había salvado… y es que últimamente Susana estaba demasiado comprometida, volando cual polilla cerca de la llama (otros sin duda no utilizarían un circunloquio eufemístico tan poético).

» ¿Quién ha olvidado la euforia desatada en Mospintoles el año pasado…? Pero muchos no pudimos vivir, hace ahora cuarenta y una ligas, el partido en la cumbre que se disputó en Mospintoles contra el Alcorcada de aquellos años. Y para retrotraernos a aquel otro momento maravilloso de la historia del Rayo tenemos hoy a un invitado de gala, todo un estudioso de la historia fútbolística de Mospintoles. Esta noche está con nosotros Roque, el simpático árbitro que todos conocemos como agente de la Policía local de nuestra ciudad. Con nuestro amigo Roque reviviremos aquel mágico gol de Francis, nuestro Francis, querido por todos… Francis, que sepas que no te olvidamos, y esperamos de todo corazón que pronto se arregle todo. Nos gustaría que estuvieras el domingo en las gradas del estadio municipal compartiendo nuestra dicha… –Susana se había metido ella solita en un tapiado callejón.

» Pero a todo llegaremos tras los buenos consejos del patrocinador de este espacio.

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Martes, entrenamiento matutino del Rayo
Piquito se había rezagado al salir del vestuario; esperaba hablar a solas con Metzger. El alemán había entrado en la vida del chaval por una puerta lateral, y todavía no estaba muy clara la relación que mantenía con su madre, ni se sabía nada de la vida privada de Metzger en Alemania. Inma, la madre de Piquito, le había dicho a su hijo que tan sólo quería disfrutar de una grata compañía, pero a Piquito aquel vis a vis no le agradaba del todo. Aunque por otra parte…

El alemán se había dado cuenta de las reticencias de Piquito –ya llevaba cinco meses cortejando a su madre– y rehuía cualquier oportunidad de quedarse a solas con el chico, que también tenía su carácter. Esta vez no le iba a ser sencillo, pues ambos estaban solos en el vestuario.
—Metzger, no te vayas –pidió Piquito, que vio que el alemán, tras mojarse la melena, salía de las duchas con una carrerilla.
—Piquito… que llegamos tarrrde a entrrienarrr…
—Oye, dime tú una cosa: ¿has oído algo de los maletines?
—¿Qué cosa serrr maletines, Piquito?

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Martes, última hora de la tarde
Sebas había acudido al Bar Manolo antes de cenar, lo que había empezado a ser costumbre desde que los tres asistieron a aquella velada de boxeo. Estaba enfrascado en un soliloquio tratando de convencer a Manolo. A don Faustino la verdad es que aquel debate le daba igual. Para algunas cosas practicaba la indolencia. Y ahora que iba a ser nombrado concejal parecía que su actitud ante lo que le rodeaba había cambiado de distante observador a gurú omnisciente.

—A mí que no me jodan; el Rayo no tiene pasta para mantenerse en primera y subir sería una hecatombe. Los rivales del próximo domingo eran ‘primeras’ la temporada pasada y querrán asegurarse el puesto. Y tienen pasta para repartir. Aquí tiene que haber maletines, y si yo fuera López les diría a los chavales que cogieran la pasta y que no corrieran.
—¿Pero tú sabes lo que estás diciendo, alma de cántaro? –Manolo no podía dejar de ser socarrón e hiriente a la vez.
—Seguro que don Faustino sabe algo… Que te lo diga él. Ahora que tiene un pie en el ayuntamiento ya dispone de información, ¿eh don Faustino?
—A mí dejadme en paz con vuestras cuitas. Además, aunque gane el domingo, el Rayo aún tiene que jugar la promoción y ganarla.
—¡Anda, leche! ¿Y desde cuándo entiendes tú “tanto” de fútbol? –a Manolo no le pasó desapercibido el “análisis” futbolero de don Faustino.
—Es lo que yo te digo, Manolo –atajó el parlanchín Sebas–. Una vez que entras en el ayuntamiento todo es información que la gente se pega por comunicarte para quedar a bien contigo. Y la información da poder. Habrá que cuidarse de don Faustino a partir de ahora.

El viejo profesor siguió componiendo en el tablero una posición de ajedrez retrospectivo para enviar a una web que había descubierto navegando por la Internet. Ahora que estaba a punto de entrar en el Ayuntamiento, el fútbol seguía sin remover en él un ápice de pasión… y sí un poquito de aversión.

(Continuará…)