—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

Cuentos de nochevieja (epílogo)

(Lee la entrega anterior)

—¡Ufff! ¡Qué tensión se ha vivido ahí!, ¿eh, viejo?
—Se han mantenido las formas, que no es poco, pero tienes razón: la tensión podía rasgarse con una navaja.
—O con un puñal… Aquí vamos a tener más de un problema. Susana se ha buscado un mal cliente.
—Pero la chavala sido muy leal…
—Eso es cierto. Pero es que Evaristo, además de rencoroso, se las sabe todas. Mucho me temo que le va a buscar los tres pies al gato y no parará hasta complicarle la existencia a Susana.
—Supongo que tratará de indisponerla con López. Pero tendrá que ser muy inteligente para no despertar las sospechas del empresario. Porque como quede al descubierto lo mismo lo pone de patitas en la calle.

—No creo que puedan. La indemnización sería más que considerable.
—Lo que sí puede hacer es encomendarle tareas que Evaristo no tendría la paciencia de asumir. Hasta que acabe cometiendo algún error.
—Olvidas los sindicatos y la Asociación de la Prensa de Madrid. Hace tiempo que Evaristo no sale de Mospintoles, pero está muy bien relacionado. Le conocen allí donde López ni sospecha. Atentar contra Evaristo podría suponer que se removieran algunos de los pilares que sustentan a López.
—¿Crees que López lo sabe?
—Puede que intuya hasta donde llegan las amistades de Evaristo. Son amistades inveteradas, que ha ido adquiriendo con su largo bagaje profesional. Y son amistades leales e influyentes que podrían mover otras voluntades. Recuerda que López no despierta muchas simpatías en algunos ámbitos.
—Ver veremos, que dijo un ciego.
—Hombre, evita ser socialmente incorrecto, que lo mismo se nos hecha encima alguna minoría y nos cierran la bitácora.
—Es sólo una forma de hablar. Ya no va a poder decir uno lo que le venga en gana, o como dijo la “menestra” verdulera: “Lo que me salga de los cojones”. Qué mujer tan vulgar… Qué poco femenina.
—Ya no podremos decir que trabajamos como un negro… o como un chino. Lo mismo cae sobre nosotros el antiguo ministerio de “igual da”, ahora crisalizado en dirección general.
—¿Y cómo llamamos entonces a los negros de la profesión? ¿Esos que todo escritor afamado tiene y que escriben para él?
—Habrá que encontrar un circunloquio eufemístico. Tiene razón Sebas; nos quieren implantan la neolengua pronosticada por Orwell en su incombustible “1984”.
—Aquello lo dijo don Faustino; así y todo, Sebas es más hábil de lo que parece. No tendría el éxito que tiene con su negocio si no lo fuera.
—Y siendo del Barça en Madrid.
—Mayor mérito, sí.
—Y no olvidemos que estuvo en la Universidad.
—¿Pero acabó sus estudios de empresariales?
—Eso es algo que tenemos que decidir. Pero lo dejaremos para el próximo año. Es tarde y hace frío. ¿Aparecerás por el cotillón de esa…? ¿Cómo dijo Sebas?
—Jet set paleta mospintoleña… No sé. Ya veré. Lo mismo me acerco a tomar una copita de cava. Seguro que en la mesa de López hay Dom Perignon… viendo la botella que se han apostado…
—Eso es champán… ¿Qué le pides al nuevo año, Mirlitón?
—A mi edad…
—¿Ya estás como Evaristo?
—En cierto modo tiene razón en lo que ha dicho, aunque equivoca las formas…
—Pero no me has contestado… ¿Qué le pides, “a tu edad”, al 2011?
—En lo personal no perder lo que tengo, y en lo profesional… alguna mejora siempre será bienvenida. ¿Y tú?
—Espero que nuestra ciudad deje de padecer el caos que la domina y que nuestros dirigentes encuentren, si no la luz, sí la honestidad para hacerlo.
—Difícil lo fías. En los tiempos que corren, honestidad y política no casan.
—De ahí que sea un deseo de año nuevo. Espero que nuestros dirigentes dejen de trabajar para las audiencias y lo hagan para los contribuyentes.
—¿Audiencias? ¿Quieres decir electores?
—No…, audiencias. Nos tratan como meros datos estadísticos. Tiene razón López. Los partidos políticos se rigen como empresas, con sus campañas de marketing, sus sondeos de mercado… Y todo para colocarnos su producto, que es el candidato de turno. Luego olvidan al elector, verdadero cliente cautivo… Se adaptan a la nueva realidad que les toca vivir por cuatro años, con sus pactos, sus idas y venidas…
—…Sus camarillas en los pasillos del Congreso…
—…Y todo para acabar colocando amistades de confianza en puestos que contribuyan a su sustentación como empresas líderes.
—Sí… Mucho se habla de la crisis económica y financiera, pero no se habla de la crisis institucional que nos rodea. Existe corrupción política desde el pueblo más olvidado hasta los grandes municipios, en las taifas y más arriba. La información se manipula, la verdad se retuerce, la gente olvida… ¡Bendito Orwell! Ahora emergen los ineptos, los que han estado flotando en las fangosas aguas de la ambigüedad, de la indecisión y de la mediocridad, al calor del partido. Se están tomando decisiones importantes desde una visión personal e interesada. No existe conciencia de servicio público.
—Hay una reciente película inglesa… “In the Loop”. En España han respetado el título original…
—Muy buena, sí señor. Yo estaba pensando en “La conjura de los necios”.
—Será una muy acertada relectura, sí señor. Difícil lo va a tener don Faustino para mantener su integridad.
—Vaya frío que hace… Aquí nos despedimos. Feliz año nuevo, amigo.
—Feliz año nuevo, viejo. Nos vemos mañana.