Los cuentos del Rayo

El Rayo se juega toda la temporada en un partido… López, su propietario, también se juega mucho en esta última baza.

Hay ocasiones en la que es menester tomar decisiones en solitario, y a veces López necesita manipular al grupo.

Salir del propio cascarón suele deparar sorpresas, y López no está habituado al trato de tú a tú con sus convecinos.

Un líder ha de manejar a su grupo sin imposiciones. López sabe administrar adecuadamente cualquier aspecto.

Es importante saber elegir el momento del enfrentamiento a fin de no perder liderazgo. Diferirlo es una táctica que da resultados a López.

Cuando la montaña no se pliega a los deseos de López, la sabe minar para que se deslice hasta sus pies.

Dureza y flexibilidad, López se mueve con rigor entre ambos extremos y con soltura para afianzar su liderazgo.

Vis a vis entre el alcalde y López. Una negativa y el Rayo deberá renunciar a la categoría ganada en el campo. ¿Por qué negociar?

Nuestro Rayo debuta en la categoría de plata del fútbol español como gallito de la Segunda B, y lo hace contra un recién descendido.

Primer partido como anfitrión del Rayo de Mospintoles. A don Faustino se le ocurre ir a ver el partido, pero las entradas escasean.

Piquito y Chili Revuelta están en estado de gracia. La dupla se ha convertido en un eje letal, pero los rivales de hoy no se amilanan.

López apuntala la cantera del Rayo dando protagonismo a Miguelito, un jugador alevín que juega con los infantiles.

Miguelito es un alevín muy prometedor que está jugando ya con los infantiles del Rayo, y Piquito, su ídolo, ha comenzado a entrenarle.

Tras cuatro meses de parón debido a una grave lesión, Piquito tiene previsto reaparecer, pero existen dudas sobre su actual capacidad.

El Rayo tiene opciones de jugar la promoción de ascenso, pero López huye del cortoplacismo y duda de que ello sea beneficioso.

Parece que López ha decidido jugar la baza del ascenso, e invierte una suma importante en crear el ambiente propicio en la ciudad.

Piquito comienza a sacar las uñas, y promueve un enfrentamiento con López que pondrá a prueba la estabilidad de su relación.

El Rayo está roto: ha perdido a su mejor defensa, su jugador estrella anda desaparecido y el míster está en la picota. Pero aún así queda esperanza.

Metzger ha vuelto, pero se va a topar con muchos cambios y con muchas sorpresas, pero también con una gran oportunidad de rehacer su vida.