—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

Comercio carnal (y 2)

(Lee la entrega anterior)

~Pues si quieres hacer periodismo auténtico tienes que venirte para aquí a toda hostia. ¿Dónde estás exactamente?

~En mi casa. ¿Dónde voy a estar? En aquella redacción ni siquiera hay sitio para los becarios. Es mejor hacer esta porquería desde casa. Total, la Internet ya la tengo pagada, y no necesito estar con ellos para casi nada. Si me dejo caer por allí es para que no se olviden de mi careto.

» ~Bueno, y a ti qué más te da si luego estoy contigo. No me vengas ahora con que estás celoso…

~Corta el rollo. Me viene de puta madre que estés aquí cerca. Tira para los campos de entrenamiento del Rayo. Va a venir un representante de un posible fichaje y necesito que estés allí y averigües de quien se trata y me hagas una historia. Pero ha de ser confidencial.

~¿Confidencial? ¿Qué quieres decir?

~Que no me jodas y me traigas un residuo. Y que no publiques tú nada de lo que allí veas.

~Me pides mucho, bonita.

~Ya me lo imagino…

~¿Y qué gano yo a cambio?

~Mi amistad…, mi gratitud…

~¿Y algo más…?

~¿Qué quieres decir?

~Bueno…, hace tiempo que no te pasas por mi casa…

~Pero si estuve contigo hace quince días…

~Hace tres semanas, Susana, que te estiras menos que el portero de un futbolín…

~Estoy muy ocupada… Con la emisora, la redacción del Heraldo, y ahora estoy pillada en el comercio de mi madre. Mi padre se ha puesto malo…

~Ya, ya… Y te vienes a acordar de mí precisamente cuando me necesitas. Y encima me dices que te haga una exclusiva. Y que te la haga gratis.

~Venga, hombre…

~No, venga no. Seguro que anda por ahí rondándote el pollo ese del Alvarito.

~Bueno, y a ti qué más te da si luego estoy contigo. No me vengas ahora con que estás celoso…

~Va tía… Te vienes a mi casa a por la noticia. No me salgas luego con que te la pase por email.

~Joder, ni siquiera preguntas si puedo. Y si tengo la regla… ¿qué haces?

~Va venga, no me jodas.

~No me jodas tú a mí.

~Precisamente es lo que quiero, ¡no te jode!

~Ya, me imaginaba… Bueno, vale. A las dos, cuando salga de aquí, me paso por tu casa. Pero ni te friego un plato ni te ayudo a recoger ese cubil que tienes por leonera.

~Tú si que sabes, Susana. Ya sabes que me molas mazo.

~Ya, ya… Tú a mí también me gustas algo…

Clic.

«…¡Hay que joderse lo que tiene que hacer una para no perder comba!».