—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

En la Bola del Mundo (3)

(Lee la entrega anterior)

»…Voy echando los higadillos y todavía no llevo ni un kilómetro de subida. Seguro que el Nibali y el Mosquera ya han llegado a la meta. No veas el rosario de corredores que vamos subiendo como podemos. En sólo tres kilómetros medio pelotón vamos a perder media hora respecto al ganador. Es que se ve venir, Rafael… Y eso contando con que muchos no echemos los pies a tierra. Ahí veo pancartas protestando por la subida a la Bola. Sí, mucho pensar en el medio ambiente, en la ecología, pero nadie piensa en nosotros.

»…Lo que sí hay es mucha gente. Les temo más que a una vara verde. Mira estos tíos, ahí delante de este puto camino forestal más pelado que el culo de un mono. No nos dejan ni verlo. ¡Coño, apartaros de ahí, que tenemos que pasar! Si parece que todos estén mamados… ¡Venga, que tú puedes, cobarde!, me ha dicho uno. No me he bajado de la bicicleta para darle dos tortas porque encima me la cargo yo. Su padre y su santa madre… Lo que tienen que hacer, af, uf, es dejarnos tranquilos, despejar el terreno para que el oxígeno nos llegue mejor y callarse, que ya no sólo me duelen las piernas y el alma si no también los oídos de escuchar tantas idioteces. ¡Y dejarme el culo quieto, con tanta palmadita ni leches! A ver, otro traguito de agua con vitaminas antes de que reviente, glu, glu, glu…

»…¡La madre que los parió! Ya voy por la mitad del recorrido y llevo perdidos 15 minutos. ¡En sólo kilómetro y medio! No estoy solo, menos mal. Mal de muchos, consuelo de tontos. Es que no puedo más, las piernas no me responden, los pulmones no cogen aire, mi cabeza está a punto de reventar… Y eso que voy a paso medio trotón… Luego, cuando suba arriba, si llego, encima me querrán pinchar los sádicos vampiros para ver si voy limpio. ¿Limpio? Como pongan en duda mi honor y limpieza me los como vivos… Si llevo cuatro días con moquillo, uf, af, y sólo puedo curarlo con pañuelillos de papel… Lo que tendría que hacer, si yo tuviese agallas, es bajarme de la bicicleta, llamar a los pringaos esos de la tele y que me enfocasen viendo cómo la tiro por el barranco. No hay derecho a que nos hagan pasar este infierno a la gran mayoría. Esos dirigentes hipócritas que nos exigen esfuerzos sobrehumanos para sacar ellos pecho y buenos sueldos. Si aquí la gente más honrada somos los que vamos montados sobre estas dos ruedas. ¡Serán mamones!… Pero Rafael, estás desvariando… Si esos tipos de la tele sólo enchufan a los cuatro que van delante, si para ellos, los demás no existimos… Uf, af, of, ya no aguanto más, voy a tirar la toalla antes que eche la pota. Eh, tú, no me des la palmadita en la espalda, a ver si encima me vas a tirar… ¿Sabrán algo de ciclismo estos capullos?

» Pero, Rafael, estás desvariando… Si esos tipos de la tele sólo enchufan a los cuatro que van delante, si para ellos, los demás no existimos… Uf, af, of, ya no aguanto más, voy a tirar la toalla…

»…Me bajo, sí, me bajo y me voy para Mospintoles. Está cerquita… No quiero saber más de ciclismo putero… Pero…, Rafaelillo, no seas majara, aguanta… que ya sólo queda un kilómetro, total, na de na, sólo un kilometrillo con rampas del 20%… Yo querría seguir pero mi cerebro me está avisando que estoy a punto de reventar. Y eso que voy el último. ¡Déjame, coño, no me empujes para subir, que encima los jueces son capaces de descalificarme! Señor, el infierno está lleno de buenas intenciones…. Estos últimos metros tengo el cuerpo fatal, si es que voy a echar todos los macarrones que tomé esta madrugada… No hay derecho que nos hagan esta putada, no hay derecho… Y mal pagada, encima, que los jefes cobran mucho pero los gregarios vamos que nos matamos. De verdad que si llego…, ¡quitaos de en medio, mamones, que ya no veo ni la carretera y me voy a llevar a uno por delante…!, si llego voy a decir cuatro palabritas a los que juegan de esta manera con nuestra salud… Claro que… qué voy a adelantar con eso, que me pongan una multa, salir en los papeles, que me llamen cobarde, que no pueda regresar al pueblo, que se rían de mí… Aguanta, Rafa, que sólo faltan quinientos metros. Hazlo por tus dos churumbeles y por la Rosa. Aguanta, un día más y mañana a estas horas cuelgas la bici, te cagas en la madre que los parió y te vas con la cabeza muy alta a trabajar en algo más descansado que esta locura. Once años de buen profesional no los puedes tirar por la borda por muy indignado que vayas… ¡La Bola del Mundo deberíais de metérosla donde os quepa, mamonazos!

(Continuará…)