—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

Charla en la tutoría (3)

(Lee la entrega anterior)

—Centrémonos en Sergio, si os parece bien –don Faustino estaba decidido a no dejar pasar aquella ocasión para reconducir la charla y llevarla a un final satisfactorio y práctico–. Aquí os entrego un pequeño dossier sobre el camarada: sus notas, sus exámenes, las incidencias más notables habidas en el curso y mis consejos sobre lo que debe trabajar en el verano. Aprovechad estos meses de calor para “refrescarle” unos cuantos puntos importantes de actuación en el hogar y en el instituto. Los he puesto por escrito porque es una estrategia a medio plazo y es conveniente que, además de aplicarla, vayáis evaluando sus resultados de acuerdo a los parámetros que os indico en el dossier. Ya me diréis cómo ha ido la cosa cuando llegue septiembre…

—¿Y no podría darle clase particular a este niño? Ya sé que se lo tienen prohibido esos mismos políticos que andan siempre pluriempleados, pero si usted no logra sacarlo a flote no creo que nadie lo haga…
—Amigo Sebas. Esto ya no es el colegio. Ahora hay muchas más asignaturas, más profesores… Yo sólo le enseño Lengua Española, una asignatura que hoy día se ha convertido en el coco de los chavales… ¡Qué tiempos aquellos en que la materia más incomprendida era la matemática!
—Dejando a un lado lo de los políticos pluriempleados –dijo María, mirando fijamente a su marido–, que no sé qué pintan en esta conversación de amigos, la cuestión principal es que somos nosotros y el crío quienes tenemos que intentar resolver su falta de rendimiento escolar. Le pondremos en una academia para que repase las materias suspendidas y cumpliremos a rajatabla el plan de trabajo y de consejos que don Faustino refleja en este documento. Afortunadamente en el verano hay poco fútbol y no sé porqué tengo la sensación que a la videoconsola se le va a estropear el chip…

» No sé porqué tengo la sensación que a la videoconsola se le va a estropear el chip.

—¡Y dale con lo del fútbol!
–gruñó el Sebas.
—Sólo faltaba que el Rayo ascendiera a Segunda División para tener el porvenir más negro que el carbón. Y ahí está ya, a la vuelta del verano…

(Continuará…)