—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

En los Talleres Matute (1)

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Talleres Matute. Cinco de la tarde. Un viejo coche de los que ya apenas se ven entra en las instalaciones y aparca en recepción. Renqueante se baja un señor también entrado en años aunque con mejor carrocería. Un joven embutido en un mono azul se acerca solícito a saludarle.
—¡Buenas tardes, don Faustino! ¿Qué le trae por aquí?
—Pues nada, Chispas, que necesito un cuarto de pollo para la sopa de esta noche y me he dicho: voy a Casa Matute a ver si les queda algo… –le saluda efusivamente–. ¿Qué, cómo te va?

» Como no tengo enchufe en la Seguridad Social va para largo el que me hagan un diagnóstico rápido y preciso.

—Eso se lo tendría que decir don Sebas pero yo creo que el jefe está contento con mi trabajo. No soy un mecánico con la experiencia de los que tiene Fernando Alonso en Ferrari pero ya me voy defendiendo. Siempre le estaré agradecido, profe, por haberme recomendado al Sebas…
—Yo sólo te puse en contacto con él al enterarme que necesitaba un joven mecánico, trabajador y serio, Juanmi… Todo lo demás ha corrido por cuenta vuestra. ¿Y el Sebas? ¿Ha venido ya o está echando la siesta?
—Estará al caer. ¿Y qué le pasa a su neumático izquierdo, don Faustino? He visto que ha salido del coche renqueando…
—Nada, hijo, la edad y algún sobreesfuerzo de la rodilla por culpa del tenis. No es gran cosa, de hecho sólo se manifiesta cuando, después de estar un buen rato sentado me levanto, pero como no tengo enchufe en la Seguridad Social pues va para largo el que me hagan un diagnóstico rápido y preciso. Lo mío tiene arreglo, lo del “bólido”, no sé yo…
—Ese se tiene que jubilar con usted. De eso nos encargamos los Matute.
—¿Y lo del cuarto de pollo?

En esos justos momentos aparece por la puerta el Sebas, el dueño del taller. Tan campechano y cordial como siempre, mete baza inmediatamente en la conversación.
—¡Pero mira quién está aquí! Este pedazo Ferrari, último modelo, que es la envidia de todo Mospintoles…
—El pobre renquea más que yo, y como la ITV le toca la semana que viene, he pensado que sería bueno que los Matute le hicierais un chequeo en toda regla. Lo único que no quiero es que le hagáis la autopsia…
—¡Bah!, pero si está en la flor de la vida… Déjalo todo de mi cuenta —dijo, dirigiéndose al joven mecánico—. Éntralo para dentro y ve haciéndole el parte meteorológico…
—¿Cómo? —el jefe a veces tenía cosas que todavía costaba entenderlas, pese a que el joven ya llevaba ocho meses trabajando con él.
Joé, Juanmi. La ficha de entrada y el presupuesto previsible. Revisión total. Cambio de niveles. Descuento por pronto pago…

(Continuará…)