—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

La contratación del míster (3)

(Lee la entrega anterior)

Hacía tiempo que conocía la debilidad de Pedregal por el actual entrenador. El consejero llevaba una comisión del agente del míster, quien ahora gozaría de un caché de entrenador de segunda y su comisión engordaría sustancialmente. Había llevado la reunión al punto que le interesaba. Ahora sólo se trataba de cerrarla aparentando que concedía.

—Veo que ustedes son de la misma opinión —dijo López como pensando lo que decía al enfrentarse a la decisión colegiada. Esta vez fue leve el rumor de asentimiento que corrió por la mesa—. Pero convendrán conmigo en que si llegados a cierta altura de la temporada el equipo no va todo lo bien que desearíamos nos veremos obligados a hacer una contratación de urgencia. Sin hablar de la indemnización por rescisión del contrato que nos veríamos obligados a pagar al míster, señor Pedregal.

» —¿Acaso tienen ya un sustituto, señor Basáñez? —preguntó Pedregal arrastrando las palabras.

Basáñez, al quite, tomó la palabra antes de que alguno tuviera la idea de añadir alguna inconveniencia:
—Propongo que fijemos un momento de la próxima temporada y revisemos si el equipo va todo lo bien que sería de desear. La séptima jornada, por ejemplo. Mientras tanto, no veo por qué no vamos a poder ir mirando en el mercado de entrenadores quienes están libres al comienzo de la temporada. Opino que sería lo más prudente a fin de no vernos forzados, llegado el momento, a una contratación precipitada, donde la prisa podría hacernos tomar una decisión que acabemos lamentando.
—No creo que los entrenadores de primera y segunda división que pide el señor López consientan en negociar mientras el actual técnico tenga contrato en vigor —hostigó Pedregal.
—No lo sé… pero nada perdemos por mirar si estarían dispuestos, de darse el caso, a venir a nuestra ciudad. Además, señores, ese corporativismo, que aprecio, sólo se da entre entrenadores españoles.
—¿Acaso tienen ya un sustituto, señor Basáñez? —preguntó Pedregal arrastrando las palabras.
—Acabamos de aprobar por asentimiento que el míster goza de la confianza de este Consejo de Administración –se defendió Basáñez–, y que esa confianza se revisará cuando el equipo no vaya como deseamos todos. Me gustaría que le quedara claro que no tengo ningún sustituto para el entrenador, señor Pedregal, pero conoce usted de sobra mi forma de trabajar y sabe, lo ha alabado usted en múltiples ocasiones, que me gusta anticiparme a todas las contingencias que sea capaz de prever. Pero ya que me lo pregunta con buen ánimo, con buen ánimo le diré que sí han llegado informes de algún agente FIFA diciendo que ha recibido el ofrecimiento de algún entrenador de un país europeo para trabajar en la liga española.
—¿Y cuando dice país europeo se refiere a…? —inquirió Pedregal.
—A Portugal.

(Continuará…)