—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

El forastero (2)

(Lee la entrega anterior)

—Buenas tardes. ¿Qué desea tomar?
—Pues una Cocacola con Pepsicola. Y abundante hielo…
—Debo confesarle que es la primera vez en mi larga vida detrás del mostrador que alguien me pide semejante mezcla.
—Me llamo Juan José Jesús Jiménez Jilguero. Llevo varios días residiendo en Mospintoles y paseaba para conocer la ciudad cuando he visto su local. Bar Manolo. ¡Qué maravilla! Un lugar que se llama así, tan a la pata la llana, en vez de Bar Drink o Bar Thomas o Bar Camagüey, dice mucho de su dueño. Odio esos lugares que para aparentar lo que no son se adornan de nombres estrafalarios, extranjerizantes o estúpidos.

—Pues yo soy Manolo, el propietario de este garito. Y este amigo es Faustino, un profesor del Instituto Francisco Orejuela.
—Ah, sí, ese donde aún cuelga una pancarta sobre el ascenso del Mospintoles a Segunda División… La vi ayer cuando paseaba por allí.
—¿Y qué le trae por esta ciudad? ¿Viaje de negocios, turismo…?
—Vengo destinado por mi empresa a esta ciudad. En principio durante el tiempo en que el Rayo de Mospintoles aguante en la Segunda División… Espero que no sea sólo cosa de un año porque esta ciudad me gusta, es tranquila y está cerquita de Madrid.
—¿Y a qué se dedica su empresa, si puede saberse? —preguntó don Faustino al forastero, el cual parecía con ganas de hablar.
—Somos una empresa multiservicios, pionera en el mundo de las relaciones públicas, el comercio y lo que haga falta, pero siempre relacionado con el mundo del deporte. Abrimos sucursales en todas las ciudades donde existen equipos de Primera y Segunda División de fútbol y baloncesto. Nuestro negocio, por ahora, gira en torno a estos dos deportes…
—Aquí tiene su cola duplicada, don Juan José…
—Gracias. Nuestra actividad se enmarca en el negocio que hay en una ciudad donde reside un equipo que disputa una gran competición deportiva. Este hecho lleva aparejado multitud de actividades económicas en las que nosotros queremos ser partícipes. Si la ciudad se incorpora por primera vez a este nivel privilegiado, como es el caso de Mospintoles, eso nos permite tomar la iniciativa pues somos la única empresa especializada en este tipo de asuntos.

» Nuestra actividad se enmarca en el negocio que hay en una ciudad donde reside un equipo que disputa una gran competición deportiva.

—¿Quiere usted decir que la ciudad se va a beneficiar económicamente de que este año tenga un equipo en la Segunda División?
—Por supuesto, amigo. Aumentan los visitantes, el comercio, la publicidad y las oportunidades de negocio en un montón de sectores que ni se lo imagina. Durante la primera temporada, yo seré el encargado de efectuar los estudios de campo pertinentes para que, si se consolida la permanencia del equipo, nuestra empresa comience a tejer su tela de araña en un montón de actividades con perspectivas de beneficio…
—¡No se les ocurrirá poner ningún bar que haga competencia a los que ya estamos en la ciudad!
—Tranquilo, hombre. No venimos a competir con nadie sino a aprovecharnos en buena lid de las nuevas oportunidades y negocios que aparecerán con el Rayo como protagonista principal.
—Pues no tengo ni idea de qué cosas pueden hacer ustedes que todavía no se hagan en la ciudad… –expuso el bueno de Manolo, que alucinaba.
—Uy, si yo le contase… Ya las irá viendo si el Rayo logra consolidarse en esta temporada en Segunda. Mientras tanto, aquí me tienen. He alquilado un apartamento cerca del Ayuntamiento y voy a ser su vecino por lo menos hasta que acabe dicha temporada.
—¿Y usted cree —preguntó don Faustino— que el Rayo conseguirá mantenerse en Segunda?

—Es probable. Conozco a López, tengo muy buenas referencias sobre el equipo y encima tienen ustedes un crack en potencia, un tal Piquito cuyo destino final, dentro de varios años, será irse a uno de los dos grandes.
—¡No me diga! ¿Al Real Madrid o al Barça?
—Se le lleva siguiendo la pista desde hace dos años y puedo asegurarles que los ojeadores de mi empresa raramente se equivocan.
—¿Ustedes también trafican con jugadores? —la pregunta de Manolo iba dirigida al mentón de su interlocutor.
—¡Hombre, tanto como traficar…! Es otra de las múltiples actividades que desarrollamos… En cualquier caso, somos una empresa discreta y desconocida para el gran público. Es una parte de nuestro propio trabajo y éxito…

(Continuará…)