(Lee la entrega anterior) |
Sebas sabía dónde encontrar a Evaristo, el ex jefe de deportes de Radio Mospintoles. Aquel bar era un tugurio, donde se servía whisky de garrafón. Olía a humedad y a tabaco. Siempre había olido así. Y ahora que no se podía fumar en los locales públicos, el bar seguía oliendo a tabaco. Seguramente, pensó Sebas, a partir de cierta hora se permitía fumar en el establecimiento, no muy grande y poco iluminado, atendido por un anciano con boina y con camisa abotonada hasta arriba que encarnaba a la perfección la otrora conocida “España negra”. Aquello era un antro en toda la extensión de la palabra. Evaristo estaba sentado al fondo, con un vaso a medio llenar delante de él. La imagen era patética, y Sebas se preguntó si era conveniente que alguien así formara parte de la peña.
- Escrito por Mirliton, publicado a las 12:25 h.
- Protagonistas: (ver la primera entrega)