—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

Cocinando la noticia (3)

(Lee la entrega anterior)

—También sabemos —continuó Evaristo— que en la rueda de prensa López reconoce que no descartan la posibilidad de fichar un crack. Lo dice de otra manera, pero lo dice —sentenció el viejo.
—Sí, está aquí —apostilló consultando sus notas otro no menos viejo que él, encargado de Asuntos Institucionales—. López dice: “Todos somos conscientes de que el Rayo debe reforzarse para disputar la categoría de plata del fútbol español, antesala de la gran liga. Todos sabemos que el salto cualitativo entre la segunda y la segunda B es considerable. Por eso estamos dispuestos a hacer un esfuerzo económico si con ello vamos a representar mejor a nuestra ciudad. Y fichar grandes jugadores es nuestro deber para hacer grande al Rayo de Mospintoles”.

» —Habría que consultar con algún experto en la Bundesliga…
—Mejor miramos en su página web…

—Pues lo dice bien claro… Está contextualizado, pero lo dice bien claro: que van a fichar grandes jugadores. Y un crack siempre es un gran jugador —concluyó Evaristo.

Susana estaba empezando a marearse. No sabía muy bien si víctima de la atmósfera enrarecida por el humo o por lo que allí se iba a perpetrar. ¿Cómo podían poner detrás el antecedente de un condicional para convertirlo en bicondicional con tanto descaro, afrentando a las más elementales leyes de la lógica proposicional? ¿Eran profesionales de la información los que allí estaban o era aquello una reunión de ancianos aburridos en la tarde ociosa de un geriátrico?

—Sabemos entonces que van a fichar a un crack alemán. Un jugador que hará la diferencia en el campo. De lo contrario no lo tendrían tan en secreto —había hablado el otro de los presentes en aquel consejo de sabios de la radio mospintoleña. Se trataba del responsable de Noticias Locales.
—Nos haría falta saber de qué equipo alemán proviene el fichaje —sopesó el responsable de Cultura y Ecos de Sociedad.
—Nada más fácil. Averiguando de qué ciudad vino López. Llama a Barajas, a ver qué vuelos vienen de Alemania los viernes por la tarde —ordenó Evaristo.

El aludido descolgó el teléfono, llamó a información de la compañía telefónica y pidió que le pusieran con la central de llegadas del aeropuerto. Tras alguna gestión más por fin colgó y repuso radiante:
—De Berlín. Este viernes por la tarde viene un vuelo procedente de Berlín sobre esa hora más o menos.

Susana estaba comprobando como saltaba en pedazos el supuesto rigor periodístico. Que este viernes llegara un vuelo de Berlín no garantizaba que aquel viernes llegara un vuelo procedente de la misma ciudad. Además, López podría haber llegado a mediodía… Y seguramente a Barajas los viernes llegaban más vuelos con procedencia de Alemania.
—Vamos avanzando en este puzzle laberíntico —Evaristo llevaba la voz cantante, que por algo era el jefe de deportes—. Sabemos ahora que el crack que llegará a Mospintoles juega en un equipo berlinés.

A Susana el mareo se le trocó en vértigo. Por ensalmo, ahora resultaba que el fichaje jugaba en un equipo de la capital alemana. ¿Y qué tenía que ver la ciudad de procedencia del vuelo de López con la ciudad del equipo donde jugara el fichaje, suponiendo que el alemán aquel que Ángel había visto fuera el representante de algún futuro fichaje, y que López hubiera dicho la verdad cuando dijo estar recién llegado de Alemania?

—Mira a ver que equipos berlineses juegan en la Bundesliga –ordenó más que pidió Evaristo a uno de sus colaboradores.
—Pues que yo sepa solamente el Hertha de Berlín.
—Sí, sólo deben de tener ese. Y no son muy buenos que digamos… Este año han bajado ¿A quién tendrán que quede libre y que sea muy bueno?
—Habría que consultar con algún experto en la Bundesliga…
—Mejor miramos en su página web… Seguro que aparece la plantilla uno a uno… Y si está en inglés nos enteraremos… —Evaristo estaba lanzado—. Susana, llama a ese chaval que está en prácticas y dile que nos mire la página del Hertha, y que mire a ver qué jugador queda libre que sea un crack.

Susana salió un momento a hacer el recado. Su ánimo estaba por los suelos. Cinco años de carrera universitaria para descubrir la cocina de las noticias.

(Continuará…)