—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles

El precio del chocolate (3)

(Lee la entrega anterior)

—Es que quiero sacarme el carné de buga

Ahora Susana lo entendió todo. El chaval de tonto no tenía un pelo. Pasaba que había desperdiciado sus años escolares. Era, precisamente, lo que ella trataba de decir en su artículo inconcluso.
—¿Y qué gano yo con ello? Quiero decir… No ya si le digo a don Faustino lo que me pides, sino si consigo que te ayude en tu comprensión lectora…

Esto último Piquito no lo entendió, pero sabía que Susana había dicho las palabras exactas para lo que él andaba buscando.
—¿Y qué quie’s ganar a cambio de algo tan fácil?

» —¡Anda, mira ésta! Y aparecer yo como tonto, ¿no te jode?

—Oye, rico, tan fácil no será cuando has venido a pedírmelo…
Pueh no sé… ¿Qué quie’s ganar? Te deberé un favor. ¿Te pa’ece poco? Sabes que soy de ley.
—Ya, ya, ya… Pero ahora yo voy a pedirte otro favor. ¿Me concederás una entrevista siempre que te lo pida? Prometo no abusar.
—Eso está hecho. ¿Cómo se lo iba a negar a una chavala del barrio? Me lo hubieras pedío hace tiempo. Y no m’enviéis más al soseras ese del Jacin, qu’es un muermo que no le aguanto.
—Jaja. ¿No te cae bien Jacinto? Pero si es todo un pofesional
—Lo será, pero no uncimos. Me corta mucho cuando me entrevista. Yo necesito que me den cancha.
—Sí, como el otro día, después del partido, que te pregunté y parecías un autómata repitiendo siempre lo mismo, jajaja.

Piquito se puso serio en ese momento y Susana supo que había cometido una impertinencia.
—Oye, perdona. No te lo tomes a mal. Es que eres tan diferente ahora hablando conmigo… El otro día pensé que eras lelo…
—¿Lelo…?
—Déjalo. Ya pasó. Pero sí que me llama la atención que un chaval joven como tú no tenga esa cultura mínima para sacarse el carné de conducir.
—¿Qué quie’s decir?
—Pues que me gustaría hacerte un reportaje en el que se contrastara tu éxito deportivo con tu fracaso escolar.
—¡Anda, mira ésta! Y aparecer yo como tonto, ¿no te jode?
—Bueno, no… Déjalo. Era sólo una idea que me ha cruzado por la cabeza. Como te has ofrecido a ayudarme…
—Sí, ya. Pero no a que se rían de mí. Seré un zoquete, pero no un payaso.

(Continuará…)